1.
INTRODUCCIÓN
Hemos
leído con atención el texto del documento denominado Ponencia-marco
del XXIII congreso del PSC . Después de la lectura hemos considerado
necesario realizar un análisis crítico de su contenido y efectuar
un trabajo de interpretación y valoración de los planteamientos
allí recogidos. En los momentos tan complicados que se viven en
Cataluña y el resto de España es de gran utilidad las aportaciones
que ayuden a clarificar elementos conceptuales nacionalistas que, de
una forma implícita o explícita se están transmitiendo.
Como
gentes de izquierda consideramos que los viejos ideales de libertad,
y de igualdad son la piedra angular sobre la que edificar una
sociedad que se dote de un Estado de derecho que garantice los
derechos vinculados a estos principios básicos. Sabiendo que sin
igualdad no es posible la libertad, y que sin libertad es imposible
la igualdad y conscientes que solo nuestro compromiso cotidiano en la
mejora de nuestro entorno social, hemos de exigir democracia real,
transparencia para evitar la corrupción, mejores sistemas de
distribución de rentas para garantizar el acceso a los servicios
básicos de sanidad, educación.
No
es posible construir un Estado de derecho que nos proporcione
libertad e igualdad si se construye en base a identidades culturales.
Las sociedades modernas son culturalmente plurales pero el uso de
las identidades culturales como arma política solo es útil a las
oligarquías locales en cuanto que plantea un elemento de
identificación que borra las diferencias de clases por un lado, y la
ciudadanía crítica por otro.
Transcribimos
el texto con notas críticas añadidas por nosotros y desarrollados
en el recuadro
2.
PONENCIA MARCO
1
: TIEMPOS DE
CRISIS
El
Partit dels Socialistes de Catalunya se propone, con este XIII
Congreso, encauzar la vía de salida de la etapa más dura y difícil
que le ha tocado vivir en
democracia, en
la que ha sido sacudido por los impactos
internos
(1)
y externos
(2)
de una crisis que denota grandes disfunciones y carencias de nuestro
sistema político (3).
(3) Evidentemente el sistema político tiene
muchas carencias y disfunciones, la clave de bóveda de ese
problema dependerá del análisis que se puede efectuar. La
lectura nacionalista precisamente habla que el problema radica en
un desencaje de Cataluña en España. Habla de realidades
diferentes, España-Cataluña. Habla de un déficit fiscal que
exige una reorientación que garantice ordinalidad. Pero el PSC no
es nacionalista ¿Por qué utiliza conceptos nacionalistas?
¿Que
análisis se realiza desde la izquierda?, La izquierda, el PSC,
debería plantearse como poder profundizar políticas de
redistribución que no hagan caer el peso de la crisis en los
trabajadores. Debería potenciar en la política igualdad entre
todos los ciudadanos de este Estado de derecho que es España en
lugar de formular divisiones que acaban facilitando que se avance
en la desigualdad. Sabemos que intereses piden que se profundice
en crear diferentes realidades, y sabemos las consecuencias que
tiene para las clases populares.
En
definitiva, el análisis ha de realizarse a partir de lo que ha
sido el leitmotiv de la izquierda: la construcción de un espacio
político que garantice derechos y libertades.
|
Una crisis que es, en
buena parte,
la crisis de la política que afecta a todas las sociedades
democráticas de nuestro
entorno(1).
La crisis del modelo democrático meramente representativo, ante una
ciudadanía cada vez más informada y más madura, con una creciente
exigencia de participación y de corresponsabilidad. Incrementada por
la crisis de confianza generada por la ignominia de la corrupción,
que hace a la vez una exigencia exasperada de desinfección y de
transparencia.
|
Y que
es también, muy especialmente, la crisis del Estado democrático
frente a la globalización de la economía y las finanzas y, con
ella, la crisis de las políticas socialdemócratas, hechas a la
medida de unos Estados que quedan por debajo de los flujos globales,
impotentes para incidir y embridar los excesos( 1). Situación que
denota la ausencia y la necesidad urgente de implantar, a escala
europea y a escala global(2), el modelo socialdemócrata que se había
implantado con éxito en el ámbito de los viejos Estados europeos:
el modelo, hoy en riesgo, del Estado del Bienestar.
(1)
Este reconocimiento de que los Estados son impotentes para poder
superar los excesos, es clave para explicar precisamente algunos
de los puntos que paradójicamente se plantean en el conjunto de
la ponencia marco. Si se acepta que los Estados no tienen
suficiente fuerza entonces se debería concluir que es necesario
aglutinar a los ciudadanos en entes de mayor tamaño porque es la
única manera de superar el poder de las grandes estructuras
capitalistas
(2)
Se acepta la necesidad de que se actúe globalmente y resulta
sorprendente la constante tendencia de pensar siempre en términos
de construir una nación, en una posición localista que no es ni
tan siquiera una mala lectura del principio de subsidiaridad, sino
que es una consecuencia de las tesis de la ideologica
nacionalista.
Es paradójico que se
acepte esa globalidad, no solo la globalidad europea, y
constantemente se esté resistiendo a aceptar lo que supone
España, que es una realidad política ya construida y sobre la
que los trabajadores podemos organizarnos para mejorar nuestras
condiciones de vida, profundizar en nuestros derechos, mejorar en
nuestras libertades. |
Más
aún. Se trata también, en nuestro caso, de la crisis del Estado
autonómico como vía para articular
la relación entre Cataluña y España(1).
La sentencia contra el Estatut(2),
sumada al escamoteo de las “nacionalidades”(3)
constitucionales y a la insuficiencia y la percepción de opacidad y
falta de equidad del actual modelo de financiación y de inversión
del Estado en Cataluña(4),
así como la suma de despropósitos del gobierno del PP, han
provocado en nuestro país un gran movimiento de afirmación nacional
y de rechazo del actual modelo de relación con el resto de
España(5).
Un movimiento que ha sido parasitado por la operación de refundación
de CDC, mediante la impostura independentista, y que reclama con
urgencia una auténtica estrategia nacional que lo saque del callejón
sin salida en que se encuentra y que le abra una perspectiva
innovadora y viable.
(1)
¿De donde sacan que la crisis del estado autonomico es causado
por la incapacidad de encontrar un modo de articular la relacíon
de Cataluña y España? Esa afirmación tan común en los partidos
nacionalistas resulta extraña en la medida que ya no están
aquellos elementos que pedían una aceptación firme del PSC del
programa que llevaría a la secesión.
Hablar
de crisis del estado autonómico desde una óptica socialista
debería exigir hablar de las tendencias lombardas inscritas en
las tesis del déficit fiscal; del problema del calculo del CUPO
vasco por las desigualdades entre ciudadanos que genera; hablar de
las dificultades para el movimiento de trabajadores que implican
las legislaciones lingüísticas restrictivas; hablar de
recentralizar la administración sanitaria como una manera de
facilitar una igualdad en los servicios médicos a la población (
eso redundaría en una mejora, al modo de cómo esta funcionando
el sistema de trasplantes ); hablar del principio de subsidiaridad
como vía que mejore el funcionamiento, ayude a la participación
ciudadana; hablar de introducir medidas que evite la formación de
intereses puramente locales para las diferentes élites económicas
y políticas autonómicas.
NOTA:
En un lenguaje menos nacionalista y basado en la realidad
internacionalmente reconocida, seria más adecuado hablar del
resto de España.
(2)
La sentencia del Estatut, espantajo habitual del mundo
nacionalista, no debería ser utilizado por un partido de
izquierdas que proclama la primacía del ESTADO DE DERECHO y de la
legalidad. En un Estado de Derecho jamás la izquierda puede poner
en duda que una sentencia de un ente como el Tribunal
constitucional no es parte de las reglas del juego que todos
deberíamos aceptar. ¿Qué es lo que nos enseña esa sentencia?
Esa sentencia nos indica que antes de pasar a referéndum un
Estatuto debe pedirse primero la opinión al Constitucional y
nunca al revés… Evidentemente eso es un disfunción que
exigiría una adaptación del Estatut, algo que los socialistas
deberían abanderar. Hay que aclarar que el Estatut que se
presento ha sido aceptado en su mayoría de articulado, y solo
algunos capítulos han sido afectados por la sentencia del TC.
Pero ,podríamos ir más lejos y plantearnos que necesidad había
que un gobierno de izquierdas con mayoría del PSC elaborase una
nueva propuesta de Estatut cuyo artículo fundamental es definir a
Cataluña como sujeto soberano, afirmación claramente
inconstitucional.
(3)
Decir que se escamotean “las nacionalidades” , es
evidentemente una falta de respeto a la realidad, en un momento en
el que el poder político catalán practica unas políticas
culturales prácticamente separadas de las del resto de España,
sobre todo en el terreno lingüístico. Es otro dogma que viene
del mundo nacionalista.
(4)
Hablar de insuficiencia, termino objetivable, junto a percepción,
termino subjetivo, en un documento político, es confuso. Es
evidente que la insuficiencia de financiación e inversión es
común a todas las administraciones. Los socialistas catalanes han
de actuar con el conjunto del socialismo en España para
clarificar las necesidades de la ciudadanía y efectuar una
distribución de recursos públicos acordes. Mirando solo una
parte del territorio se traiciona el carácter universalista del
socialismo. Y en el marco del socialismo español deberíamos
colaborar con el resto de fuerzas de izquierda europeas con miras
a controlar la política de financiación e inversión
que está
realizando la Comisión en el ámbito de la Unión.
(5)
Hablar de un gran movimiento de reafirmación nacional sin
recordar aquí el papel jugado por
los medios
de comunicación públicos, con un importante uso de propaganda
política es ocultar parte de la realidad, ya que resulta
necesario para explicar lo que finalmente paso con el “éxito”
de convocatoria de la movilización “nacionalista”. Sin esa
propaganda constante y reiterada en los medios de comunicación
públicos y privados (programas monotemáticos de TV3 fueron
constante y machaconamente publicados en las televisiones de los
hogares catalanes).
Hay
que recordar que las subvenciones a los medios privados han sido
considerables, y no es difícil sacar la conclusión de que hay
una relación entre esa subvención y el mensaje que los medios
transmitían de cara a agitar a la población, como no es difícil
concluir que se consiguieron esas cifras de manifestantes (cifras
que evidentemente fueros magnificadas por el mundo nacionalista)
gracias a esa labor de propaganda pagada con dinero de todos.
El
hecho de que a esas manifestaciones se haya dedicado dinero
publico directamente o indirectamente explicaría en que grado se
ha fabricado el problema.
Los
socialistas deberían analizar más profundamente el mapa político
territorial para entender cual ha sido la presencia de población
en las citadas manifestaciones nacionalistas….
En definitiva ha sido un
fenómeno nacionalista fabricado por el poder político que ha
gastado ingentes cantidades de recursos públicos en ello. |
Y,
como consecuencia de todo ello, se trata también de la crisis del
proyecto estratégico del socialismo catalán, en su voluntad para
conducir Cataluña hacia nuevos escenarios de progreso, hacia
posiciones avanzadas y de nuevo pioneras, y para articular la mayoría
social y electoral que lo hará posible. Porque, si Cataluña ha
pervivido a contracorriente de los sucesivos intentos de reprimirla y
de asimilarla y si ha mantenido alta su capacidad integradora y su
unidad nacional, ha sido porque ha sobresalido en espíritu
innovador, porque su posición adelantada ha generado proyectos
colectivos con los que la pluralidad de su ciudadanía se ha podido
sentir identificada y hermanada.(1)
Desde
la izquierda deberíamos hablar de que lo que se ha intentado
reprimir ha sido las ansias de libertad y de mejora de las clases
populares en unos momentos en los que los servicios básicos se
han degradado enormemente -cierre de quirófanos y camas
hospitalarias, presencia de barracones escolares y no substitución
de profesorado en ILT.. etc-. Unos momentos en los que ha
aumentado el paro y las prestaciones a los desocupados, en que
muchas familias han sido expulsadas de sus casas por no poder
pagar la hipoteca o el alquiler...
Ahora
bien si hemos de hablar de que tras casi 40 años de sistema
autonómico se siga utilizando el lenguaje victimista respecto a
elementos simbólicos que son tradicionalmente territorio del
nacionalismo es que en algo nos estamos equivocando. Quizás eso
nos indica que parte de la crisis del socialismo catalán viene
precisamente por esa percepción del votante de coincidencias de
intereses con el mundo nacionalista, de derechas o de izquierdas
(algo sorprendente.. ¿nacionalismo de izquierdas?).
Tras casi 40 años de
políticas nacionalistas, cuando en cualquier espacio público
dependiente de las administraciones catalanas (Generalitat,
Diputaciones, Ayuntamientos….) esta ocupado por elementos
simbólicos procedentes del ámbito nacionalista, con una
presencia casi única de la lengua catalana, y con una lengua
castellana o española referida exclusivamente al ámbito privado,
hablar de intentos de reprimir y de asimilar una entidad –que no
lo mencionan pero en Cataluña es una referencia constante a “La
Nación catalana”- es meterse de lleno en el mundo reaccionario
del nacionalismo, Además que visto lo sucedido en todos estos
años habría que concluir que esa “Nación” no solo no es
reprimida y asimilada sino todo lo contrario. |
2
: POR UN “NUEVO INICIO” DEL SOCIALISMO CATALÁN
Por
estas razones, para superar las diversas crisis que afectan hoy
nuestro país, el PSC se dispone a repensar y reformar sus políticas,
a repensarse y reformarse a sí mismo. Lo que no es ninguna novedad.
El socialismo democrático, la causa más vieja de todas las causas,
heredera de los sucesivos movimientos de la humanidad por la libertad
y la justicia, ha tenido que empezar de nuevo, de emprender “nuevos
inicios” (en palabras de Willy Brandt), en muchas otras ocasiones.
Y ha sabido hacerlo, ha sabido pulsar la tecla “Reiniciar” sin
miedos conservadores, con generosidad, con altura de miras, superando
vicios, inercias y humanas tacañerías, consiguiendo ser siempre la
causa más joven y más innovadora. Esto ha sido posible gracias a la
naturaleza antidogmática(1) de sus valores y de su manera de hacer,
gracias a la capacidad de revisar planteamientos y de adaptarse a las
nuevas necesidades, gracias a la condición no dogmática de sus
convicciones.
—Ha
sido así desde el socialismo “icariano” de la primera mitad del
XIX,
—pasando
por el auge del movimiento obrero y la creación de los grandes
partidos socialistas en la Europa de finales del XIX; en Cataluña,
con Les Tres Classes de Vapor, la UGT y la Federación Catalana del
—PSOE
y con la ulterior creación de la Unió Socialista de Catalunya
(USC),
—por
la oposición a la deriva leninista o comunista y por un compromiso
permanente con la causa de la libertad;
—por
el intento de confluir con parte del movimiento libertario hacia la
creación de un gran partido laborista catalán, frustrado por el
asesinato de Salvador Seguí y de Francesc Layret a manos de los
pistoleros de la patronal;
—por
la creación del POUM, con su valiente y trágica denuncia del
estalinismo;
—por
el ensayo frustrado de reencuentro en el marco del PSUC, en 1936;
—por
la creación del Moviment Socialista de Catalunya (MSC), en 1945, a
partir del POUM;
—por
proceso de unidad del socialismo catalán, a partir de 1974, iniciado
con el proceso de Convergència Socialista de Catalunya y del
PSC-Congrés y que culminaría conjuntamente con la Federación
Catalana del PSOE en la candidatura “Socialistes de Catalunya”
del año 1977 y el Congrés de la Unitat Socialista en 1978, que
llegaría el PSC-Congrés, la Federación(2) Catalana del PSOE (en la
que había confluido el PSP Català) y el PSC-Reagrupament; que, con
la victoria de 1977, haría ineludible el retorno de la Generalitat
exiliada; y que se convertiría en la garantía de la unidad civil de
nuestro pueblo(3) contra todo intento “lerrouxista”: “Unidad
socialista, fuerza del pueblo”, “Somos y seremos un solo pueblo”.
—por
la labor que desarrollaría, durante años, consiguiendo la
regeneración y dinamización de las villas y ciudades de Cataluña,
con la culminación de 1992, que instauraría internacionalmente el
“modelo Barcelona” y que, en ese momento, situaría en la retina
del mundo la Cataluña abierta y avanzada que queremos.
(1)
Si hablamos de antidogmatismo deberíamos cuestionar gran parte
del discurso de esta mismo ponencia marco, dado que nos presenta
una serie considerable de elementos procedentes del ideario
reaccionario del nacionalismo.
(2)
Muchos socialistas no estarían de acuerdo en la forma en que se
presenta este desarrollo del partido, en cuanto que omite
información. Es necesario una exposición histórica que recoja
otras sensibilidades del socialismo español en general y catalán
en particular. En la distancia muchos socialistas ven un gran
error del PSOE ceder al nacionalismo socialista, ese espacio
social y electoral. El resto de fuerzas que confluyeron con la
Federación Catalana del PSOE eran electoralmente testimoniales.
El voto que se jugaba en ese momento era el proveniente de los
diferentes cinturones obreros, que querían votar PSOE. Los
dirigentes del PSC-PSOE les decían que votarles a ellos era
votar al PSOE, aunque el tiempo ha verificado lo contrario,
porque han acabado finalmente en el espacios ideológico del
nacionalismo. Los Maragall, los Serra. los Nadal cuando hablaban
de catalanismo, sin duda, se referían a nacionalismo. Los
líderes del la F.C.PSOE fueron desapareciendo a favor de los
provenientes de los sectores del nacionalismo-catalanismo
socialista. La aplicación de filtros simbólicos, que se
introdujeron a partir de la propia definición de catalanismo,
fueron substituyendo las personas, provenientes del mundo obrero
en su mayoría, por otras que, con una mayor formación, cumplían
con los requisitos de catalanidad exigidos.
(3)
Unidad de nuestro pueblo solo es comprensible si implica la
aceptación de la pluralidad cultural que compone ese pueblo.
Cualquier análisis de lo que es Cataluña debería pasar por
aceptar el principio de que es el conjunto de sus ciudadanos y no
una entidad uniforme. No puede aceptarse que se pretenda una
adaptación a un determinado modelo alegando razones históricas.
La historia no legitima las acciones que se desarrollen en el
presente, esas acciones deben legitimarse por si mismas desde
postulados democráticos. En definitiva, la historia solo nos
explica cómo se llega a una determinada situación y es partir
de ella cuando decidimos si queremos mantener o cambiar lo que
nos viene dado.
(4) A lo largo de esta
ponencia ya vamos viendo que la confusión entre nacionalismo y
catalanismo es constante. Se llega a la conclusión que cuando
algunos hablan de catalanismo es para evitar presentarse ante el
PSOE y ante su electorado como una organización que propugna
similares puntos a los que caracteriza a los partidos de
ideología nacionalista. El termino catalanista así
definido se
convierte en una cortina de humo para seguir ocupando un espacio
que ideológicamente no les corresponde. |
—y
por el gobierno catalanista y de izquierdas a partir de 2003, con su
“catalanismo social”(4) y la reforma
del Estatut, saboteado después por la derecha española.
Ha llegado la hora de
volver a reinventarnos. De tener de nuevo la inteligencia, la audacia
y la generosidad de replantear nuestra estrategia y la naturaleza del
propio instrumento-partido, para ser fieles a nuestros principios
socialistas y a la razón de ser del socialismo catalán: gobernar
Cataluña para hacerlo avanzar hacia nuevas cotas de libertad y de
justicia, de igualdad, de dignidad humana, de prosperidad, de
seguridad, de realización
nacional, de solidaridad, de europeísmo,
de cooperación internacional.
Insistimos que en un partido de izquierda hablar de realización nacional es someterse a un discurso que no le es propio. Cataluña es una sociedad plural, bilingüe y con identidades culturales diversas y complejas. En ese contexto hablar de realización nacional es mentar propuestas nacionalistas y aquellos elementos que invalidan precisamente el deseo de mayores cotas de libertad, justicia, igualdad, dignidad…. |
3
: UNA SOCIEDAD EN TRANSICIÓN
Una vez más, pues, el
socialismo catalán se dispone a pasar página. Lo haremos sin pesar,
sabedores de que no hay verdades absolutas, que sólo somos
un instrumento al servicio de la libertad y de la justicia. Y que no
hay doctrina ni interés ni costumbre ni inercia que puedan
prevalecer sobre estos objetivos básicos, sino
que todo debe supeditarse a ella. Y que sólo nos valen las
herramientas que nos permiten trabajar a favor de estos objetivos,
hoy y aquí, de manera eficiente, según exige la gran transición
que vive nuestra sociedad. Porque estamos en tránsito hacia un nuevo
marco político, económico y social, donde muchos de los referentes
válidos de ayer han perdido su significado.
Lo
importante no es otra cosa que la libertad y la justicia, la
“realización nacional” solo tiene sentido si estamos buscando
con ello mayores cuotas de libertad e igualdad, los elementos que
permiten construir una sociedad más justa. Cualquier otra
consideración identitaria se presenta así contraria a esos
objetivos
La inercia constante en
volver a debatir sobre identidades, sobre cuestiones que son de
naturaleza difusa y confusa respecto a avanzar en cuotas de
libertad e igualdad, debe ser superada y empezar a cuestionar los
dogmas que de forma espurea ha colocado en el mundo de la
izquierda el nacionalismo. |
Nuestra sociedad se ha
visto sacudida por una crisis económica que ha descosido sus
costuras y que ha roto los equilibrios sociales y generacionales,
resultando una sociedad más escindida que nunca, carente de un
proyecto claro y común que la impulse hacia el futuro, frustrada por
las falsas promesas e ilusiones, cansada del politiqueo sin norte y
necesitada de una política verdaderamente reformadora y
transformadora.
Profundizar
en el tema social, en localizar las fuentes de injusticia, en
buscar soluciones a los problemas cotidianos de los ciudadanos…
en cuestiones de salud, de educación, de conseguir que las
personas puedan alcanzar cotas de bienestar cada vez mayores
porque se consiguen empleos de calidad, bien retribuidos etrc. Eso
es la clave del socialismo
|
A pesar del vendaval que
todo ello ha supuesto, con los correspondientes costes electorales,
el PSC ha mostrado una considerable capacidad de resistencia y,
cuando algunos lo daban por acabado, ha conseguido mantenerse de pie.
Y es que, más allá de estos tiempos de crisis, persiste en la gente
el recuerdo del trayecto seguido y de los hitos conseguidos de la
mano del socialismo catalán, lo que le confiere todavía un margen
importante de confianza.
Por eso, hoy
manifestamos nuestra voluntad de sacar al país del momento incierto
en que se encuentra. Sabemos que tenemos futuro, porque sólo la
síntesis inseparable de libertad y
justicia que encarna el socialismo democrático puede ser útil hoy
en nuestra sociedad para hacer frente a los peligros que la acechan:
el cinismo egoísta e insolidario, los populismos nacionalistas
enfrentados, los radicalismos utópicos que tienden al absolutismo.
Es
necesario mostrar una voluntad de actuar conjuntamente con el PSOE
para solucionar los problemas que afectan a las clases populares
de todo el país, conscientes de que es necesario que salgamos
todos conjuntamente de esta crisis y conscientes de lo que hay que
hacer es unir y no separar. En este último caso nos
convertiríamos en piezas que podrían ser utilizadas por
aquellos elementos que han provocado la crisis y siguen sacando
numerosos beneficios de ella, a causa de la debilidad de los
agentes sociales, de la izquierda…
|
Sabemos
que podemos ser muy útiles, de nuevo, siempre que seamos coherentes
con nuestra identidad fundacional y al mismo tiempo seamos capaces de
reinventarnos de arriba a abajo, generosamente, impulsando una
política reformadora capaz de encontrar una salida justa a la crisis
económica, de impulsar una vida democrática de calidad y de
conseguir un encaje óptimo de Cataluña en nuestro entorno hispánico
y europeo.
Hemos
de reinventar el socialismo catalán, profundizando en los niveles
de de cooperación con el PSOE, en contactar con la izquierda
europea. El retorno a las viejas recetas basadas en el uso de la
identidad nacional como cemento de la sociedad nos ha alejado de
parte de nuestro electorado, que no coincide con los elementos
identitarios de naturaleza cultural que durante muchos años se
han propuesto desde el PSC por parte de algunos miembros que
ubicados en posiciones organizativas clave dentro del partido.
La
salida de esas personas, y su voluntaria reubicación en partidos
nacionalistas –que nos da una idea de cuales fueron sus
intenciones para el PSC- debería ser aprovechada en esta nueva
fase para fortalecer el mensaje social y dejar claras las
distancias frente a las posiciones nacionalistas, que aunque sean
hegemonicas en Cataluña –respecto al poder político- tienen
propuestas contrarias a los intereses de las clases populares
respecto a la búsqueda de la libertad, la igualdad y la justicia
social.
Es tradicional en
Cataluña eludir mencionar la palabra España. Se busca así
formular que es una mera realidad administrativa que puede ser
substituida, como el que cambia de coche. De la misma manera que
no hablamos de Comunidad Autónoma de Cataluña cuando nos
referimos a Cataluña, no deberíamos ceder a este lenguaje
prestado del nacionalismo. España es una realidad social y
política igual que Francia, Italia o Portugal ( no decimos Estado
francés, Estado italiano o Estado portugués). |
3
: LA IDENTIDAD DEL PSC
Nos queremos reinventar,
no en el vacío ni partiendo de cero, sino reafirmando los principios
que nos inspiran, releyéndolos a la luz de las transformaciones
sociales en curso. Conscientes de que los principios expresan un
sentimiento y una voluntad, pero que no constituyen una guía
concreta y precisa para la acción política y que, por tanto, sería
un error refugiarse y creer que su repetición como una letanía
equivale a un proyecto político. Otros se pueden conformar, pero no
el socialismo democrático, que siempre ha sabido traducir sus
principios en propuestas concretas y realidades, mediante una obra de
gobierno transformadora y responsable. Saber de dónde venimos no
parece suficiente para saber dónde queremos ir. Hay que ser fieles a
nuestros principios, pero no como refugio de una realidad que se
divorcia, sino que hay que hacerlos visibles en las conductas
individuales y colectivas y en unas políticas coherentes, prácticas
y eficientes.
Hay
que reinventarse, de acuerdo, pero aceptando el principio de
realidad, de la realidad de lo que es Cataluña, de su
configuración como una parte de España, y a través de ella como
una parte de Europa. Que la construcción de una sociedad libre
exige aceptar que la identidad es algo cambiable, solo dependiendo
de lo que libremente cada ciudadano decida aceptar…. Sin que se
le pretenda conducir hacia una determinada dirección a través de
los medios de comunicación o por el uso de programas de enseñanza
que están orientados a conformar una ideología, Conscientes de
la única intervención del poder publico en la construcción de
identidades es aquella que solo busca que los ciudadanos se
sientan parte de una sociedad que de forma abierta permite a cada
uno sentirse parte de ella porque les garantiza derechos y
libertades.
|
En todo caso, nuestra
carta de identidad se puede resumir en los TRES BLOQUES siguientes:
1.SOMOS
DEMÓCRATAS
y ponemos
a las personas, su libertad, su dignidad, sus derechos, su plena
capacidad de controlar la propia vida y de desarrollar su potencial,
en el centro de nuestras propuestas y nuestras políticas. Defendemos
el Estado de derecho, el principio de legalidad, el principio de
responsabilidad y el compromiso cívico y político.
La
persona es el sujeto último de la acción política. El ciudadano
es el titular de la soberanía y es ciudadano en cuanto forma
parte de un Estado de derecho que se lo garantiza. A ese
ciudadano, desde una óptica que valore su libertad, su dignidad y
sus derechos, no puede ser sometidos a otros entes que se
presentan como soberanos a ojos de determinadas ideologías.
Cualquier sujeto que posea un derecho por encima de la soberanía
que una democracia da a un ciudadano tendrá como consecuencia una
perdida de libertad. En Cataluña los nacionalistas hablan de
Cataluña con una nación soberana que se acaba identificando
exclusivamente con los que se identifican con unas características
ideológicas y políticas.
|
Queremos ir más allá en
la cultura democrática, desarrollando sobre todo la PARTICIPACIÓN
CIUDADANA en los quehaceres de lo común, la actuación “desde
abajo” (como decían los federalistas catalanes del XIX),
desde la propia sociedad, desde cada municipio y cada territorio.
Queremos avanzar en la autoorganización social, en la autogestión
de los usuarios y en la cogestión de los servicios públicos. En el
contexto de la corresponsabilidad social debida, reivindicamos el
derecho de autodeterminación de las personas, en las que recae la
titularidad de la libertad.
Fomentar
la participación, replanteando el sistemas político de forma que
en base al principio de subsidiaridad, acerque la política al
ciudadano. Fomentar la participación ciudadana mediante
mecanismos que garanticen que hay formas de expresión y
comunicación entre el nivel de toma de decisiones oportuno según
el principio de subsidiraidad y el propio ciudadano.
|
Por ello, somos GENTE
EMPRENDEDORA y que quiere impulsar la iniciativa personal y la
iniciativa cooperativa, la libertad asociativa y empresarial, la
innovación y la competencia leal, dentro de una economía de mercado
competitiva, socialmente responsable, sin monopolios, al servicio de
la calidad y la máxima eficiencia. Que haga del trabajo un derecho y
una oportunidad para la emancipación de las personas. Y que
establezca previsiones sustitutorias cuando, en un futuro no lejano,
la demanda de trabajo humano remunerado disminuya debido a la
creciente implantación tecnológica, que debe suponer también el
aumento de la productividad y de las plusvalías, en relación con
las cuales será necesario establecer NUEVAS FORMAS DE REDISTRIBUCIÓN
DE LAS RENTAS que garanticen a todos los mínimos que exige la
dignidad humana.
Somos gente que cree en la
CULTURA, en su papel empoderador y emancipador de la ciudadanía e
impulsor de la creatividad y la innovación. Por ello, hay que
garantizar siempre la plena libertad de pensamiento y de creación.
Por ello, queremos situar la cultura al alcance de todos y despertar
la capacidad crítica, expresiva y creativa de cada uno. Hoy, por
otra parte, la cultura se ha convertido en la materia prima de la
sociedad del conocimiento, de la información y la comunicación, lo
que abre grandes posibilidades de futuro, pero que también conlleva
el riesgo de su banalización. Todo ello requiere, como opción
básica, una EDUCACIÓN PÚBLICA Y DE CALIDAD PARA TODOS, concertada
con el resto de políticas de gobierno y con las iniciativas sociales
que inciden en la cultura (en la concepción de “ciudad y sociedad
educadora”), de cara a la formación integral de la persona, en el
campo científico y técnico, en el campo humanístico y en el campo
artístico.
2.SOMOS
DE IZQUIERDAS
progresistas, gente
comprometida con las clases populares, con el mundo del trabajo, con
los parados, con toda forma de “precariado” que la crisis
económica ha hecho proliferar, con los que sufren cualquier tipo de
opresión o de exclusión. Venimos del sindicalismo obrero que plantó
cara a la explotación extrema del primer capitalismo industrial.
Queremos hacer reformas para alcanzar una sociedad del bienestar,
inclusiva y cohesionada, con la defensa del espacio público, la
justicia social, la igualdad y el bien común.
Por eso mismo, somos
FEMINISTAS, porque no podemos tolerar la discriminación y la
sobreexplotación de la mitad de la humanidad. Defendemos la plena
igualdad entre los hombres y las mujeres. Queremos conseguir que
ambos géneros compartan, a partes iguales, el trabajo y el ocio, las
responsabilidades familiares, políticas y cívicas, el compromiso y
la recompensa. Y queremos una acción pública y una acción social y
cultural que unan fuerzas, con el fin de presentar batalla definitiva
contra el machismo y contra la violencia que le es inherente y que
está en la base del autoritarismo patriarcal. Como también queremos
el pleno reconocimiento público y social de la no discriminación
por razón de orientación sexual, opción afectiva sexual, identidad
de género o expresión de género de cada uno, acabando así con una
opresión y un sufrimiento inaceptables.
Somos GENTE SOLIDARIA,
dispuesta a socorrer y ayudar al prójimo necesitado, a hacer nuestro
su combate, tanto lo que nos es más cercano como el que nos es más
lejano. Dondequiera que haya un ser humano que sufre, toda la
humanidad se debe volcar. Es moralmente obligado. Consideramos
prioritario un COMPROMISO GLOBAL destinado a acabar con el hambre, la
pobreza, la explotación infantil, el analfabetismo y la enfermedad
endémica en todo el mundo. Queremos promover, en esta dirección,
programas fruto de la concertación global que permitan superar estas
lacras que atentan contra la dignidad humana más elemental. Por la
misma razón, queremos combatir el crecimiento escandaloso de la
desigualdad en nuestro país y en el mundo. Las personas somos
diferentes, diversas, pero iguales en dignidad: en este sentido, la
IGUALDAD es una cota moral irrenunciable.
Somos ECOLOGISTAS, porque
somos solidarios con nuestros hijos y nietos, con la humanidad
futura, a la que no podemos legar el expolio del planeta por toda
herencia. Queremos proteger el medio ambiente, mediante políticas
eficientes que garanticen la buena salud de la naturaleza, la
preservación de los recursos naturales y del paisaje, así como un
desarrollo sostenible y un nuevo modelo energético que asegure el
progreso y el bienestar para todos.
Y somos GENTE DE PAZ, que
quiere promover la seguridad, el control de los armamentos y la
resolución pacífica de los conflictos, así como una humanidad
cooperativa y solidaria, capaz de superar el recurso a la guerra y a
toda violencia, de abrirse a nuevas cotas de desarrollo humano, de
libertad y de responsabilidad.
3.SOMOS
CATALANISTAS,
es
decir, que queremos toda la libertad y toda la justicia para nuestro
pueblo(1), al que nos debemos, al que aspiramos a representar y del
que demandamos la confianza. Queremos una Cataluña capaz de forjar
su futuro como nación(2), garantizando así la continuidad de su
lengua y su cultura(3) en una relación federativa y plurinacional
con España(4). Y en la primera posición de la urgente construcción
europea. Y ponemos ante todo la cohesión social y nacional de la
ciudadanía de Cataluña, porque la nación no es otra cosa que el
consenso renovado de la ciudadanía(5), desde su pluralidad(6). Y
atenta contra la nación todo lo que rompe la unidad civil de nuestro
pueblo.
( 1) Si hablamos de pueblo, desde la izquierda
hemos de considerar a este término como un concepto que
utilizamos para referirnos a un conjunto de ciudadanos que habitan
en un determinado espacio geográfico.
(2
) De nuevo es necesario clarificar conceptos. Cuando se utiliza el
termino nación tal como lo definen los nacionalistas, es que
estamos entrando de lleno en su propio espacio conceptual, un
espacio que es antagónico al del socialismo, en cuanta que nos
limita los supuestos fundamentales de la izquierda: la libertad y
la igualdad. El hecho de que se presente la identidad cultural
como el nexo de unión de una sociedad es una restricción a la
libertad del ciudadano, que únicamente debería compartir la
identidad de pertenecer a una entidad política que le garantiza
derechos y libertades. El resto de elementos identitarios que
vienen como consecuencia de la intromisión de la ideología
nacionalista: pasado histórico, voluntad de ser… no son más
que cortapisas al libre desarrollo de la
persona y un
problema para los postulados democráticos.
(3)
Si hay que garantizar algo debería ser que nadie viera sus
derechos lingüísticos atacados. En cuanto que el sujeto
político que debemos defender son las personas en cuanto
ciudadanos y las lenguas son instrumentos de comunicación de las
personas y de la Administración con los ciudadanos..
En una
sociedad donde los términos tienen una carga conceptual
clave es
preciso aclarar que hablar del catalán como lengua propia y de
una supuesta cultura catalana reglamentada por élites culturales
implica una visión homogeneizadora de la sociedad catalana.
Forzosamente, en una compleja sociedad plural y multiidentitaria,
muchos han de quedar fuera del molde que se propone como correcto.
Es precisamente lo que los nacionalistas han hecho servir para
avanzar en su modelo identitario: aquel que no encaja con él no
puede acceder plenamente a los derechos de la nación. Algo que
tiene evidentes consecuencias respecto a la distribución de
recursos públicos.
(4)
El uso perverso del termino federativo, acercándolo a una
posición confederal y relacionándolo con el concepto de nación
–tal como lo definen los nacionalistas- no solo contradice los
puntos de la propia ponencia marco (SOMOS DEMOCRATAS, SOMOS DE
IZQUIERDAS, SOMOS SOLIDARIOS) además es que son propuestas que
coinciden con los puntos tradicionales del nacionalismo. Es esa
posición lo que ha puesto en riesgo el contacto con el votante
tradicional del PSOE, sorprendido de
encontrar
a un partido nacionalista hospedado dentro de las siglas del
socialismo español.
(5)
Evidentemente después de todo el lenguaje anterior esto no pasa
más que a ser una mera agrupación de palabras que a modo de
cortina de humo se utiliza para esconder que el termino nación
que ellos usan no es un consenso renovado de la ciudadanía, en
tanto que la nación es un elemento basado en hechos que superan
ese concepto y quer necesita superar a la realidad de los propios
miembros de la sociedad, qure siendo plurales no tienen porque
compartir los hechos de identidad cultural que se proponen
(6) La pluralidad esta
considerada en este tiempo como algo que se soporta, y como tal
esta supeditada a la realidad que ellos quieren construir que en
absolouto es plural. |
Somos FEDERALISTAS, porque
la unión federativa es el método que nos ha de permitir el gobierno
de las interdependencias crecientes y
las soberanías compartidas(1) que aseguren la prosperidad y el
bienestar en un marco democrático de calidad, desde el nivel más
cercano de la sociedad y el municipio,
hasta Europa y el mundo. Contra nuestra voluntad reformadora y
federalista, se alza hoy el populismo nacionalista y el populismo
retóricamente de izquierdas, conservadores del poder menguante de
los Estados, insolventes, demagógicos. Es el más grande peligro que
amenaza el presente y el futuro de la humanidad. Es el camino hacia
los nuevos totalitarismos. Frente a la repetición esperpéntica de
la historia del siglo XX, propugnamos una perspectiva audazmente
reformadora, capaz de construir mayorías sociales y democráticas y
de hacer, en el ámbito europeo y global, lo que la socialdemocracia
ya ha hecho en Europa, en el ámbito estatal hoy en retroceso.
Después
de la utilización del termino nación
en clave ideologica nacionalista, es preciso aclarar que las
soberanías compartidas es lo que precisamente implica una
Constitución democráticas, pero que deben considerarse respecto
a otros entes soberanos… es decir respecto a otros estados.
|
Somos
EUROPEÍSTAS. Queremos acelerar la construcción de la Unión
Europea. Por una Europa, donde se reencuentren armónicamente la
diversidad de pueblos, de lenguas y de culturas(1) que la componen,
superando definitivamente el pasado de guerras y de dominaciones y
convirtiéndose en un agente global de paz y de progreso. Una Europa
plenamente democrática, dependiendo sólo de la ciudadanía europea,
capaz de promover la concertación global que debe permitir la
regulación de los flujos que hoy campan sin norte(2). Una Europa que
defienda y desarrolle al máximo la democracia y el estado del
bienestar, de los que ha sido la cuna. Por una Europa, abierta al
Mediterráneo y al diálogo entre culturas y civilizaciones, con una
visión global de los problemas y de las soluciones, consciente de la
trascendencia de los retos que tenemos delante y de las respuestas de
fondo que hay que darles, particularmente los retos del cambio
climático, del hambre y las guerras que producen las grandes
migraciones y del terrorismo nihilista que arrastra a algunos jóvenes
que no encuentran sentido en una sociedad materialista que los
excluye. Una Europa que deberá superar el contratiempo del Brexit en
una perspectiva de mayor integración, en el camino
hacia unos Estados Unidos de Europa, con más democracia y un mayor
compromiso social.
(2)
La Europa democrática, basada en el supuesto universal de
ciudadanía, no de pertenencia a una identidad cultural . Una
Europa que permita una promoción de la concertación global que
debe permitir la regulación de los flujos actualmente sin
control. Y lo será por su tamaño. Porque es más defendible la
independencia de los ciudadanos, que quiere decir la de dejar al
ciudadano que tome las decisiones que afecten a sus vidas en lo
ámbitos a los cuales afecta su vida. Lo mismo para España, por
tamaño es posible defendernos como ciudadanos,.
|
4.
QUÉ CATALUÑA
Hoy,
una vez más, hay quien pretende imponernos un paréntesis en el que
haya una sola finalidad: “Cataluña”, una patria abstracta, ahora
míticamente independiente, que deje de lado la natural confrontación
derecha/izquierda. Huelga decir que esto es inviable, porque topa con
la realidad cotidiana y con los problemas sangrantes que se dan. Y se
corresponde con las clásicas formas que se ha inventado siempre la
derecha para tratar de preservar sus intereses. No hay causa catalana
sin atender las preocupaciones de la ciudadanía catalana(1); sería
una cáscara vacía, una nostalgia, una excusa, una trampa. La
cuestión es la Cataluña real, la de ahora y aquí, hecha de gente
concreta, con sus sufrimientos, necesidades, urgencias, deseos,
ideales. La nación es el consenso básico que nos cohesiona. Y es
temerario, para la nación, ignorar la gente que la conforma(2). Por
ello, la cuestión no puede ser sólo “Cataluña”, sino “qué
Cataluña”.
(1)Es
que para los socialistas y para la izquierda lo que se tiene como
objetivos es satisfacer las necesidades y los derechos de la
población, tratados como ciudadanos, con las mayores cotas
posibles de libertad y fomentando la igualdad, única manera de
conseguir una sociedad más justa.
(2)
Si el termino nación
supera lo que se entiende como equivalente que es el Estado y lo
construimos a partir de una supuesta identidad cultural entramos
en un terreno que no es el del socialismo sino el del
nacionalismo.
|
La Cataluña que queremos,
por otra parte, es la única que puede cuajar y perdurar, la que se
hace inseparable de la gente, en su pluralidad, la que se convierte
en proyecto colectivo, ampliamente compartido, integrador, innovador,
transformador; la que se confunde
con el impulso de libertad y de justicia de las personas concretas.
En palabras de Rafael Campalans, “Cataluña no es sólo el pasado,
la historia, los muertos ..., sino que es sobre todo un anhelo
regenerador que se encomienda a todos los hombres y mujeres que
viven”. Esta es nuestra Cataluña, la Cataluña de la gente, la
Cataluña socialmente ambiciosa, que se sitúa a la cabeza de los
ideales de progreso humano(2).
Es
evidente que si eso es así, si somos conscientes de ello, si
entendemos que la historia solo sirve para entender el presente y
nunca como justificación de las acciones políticas que se
desarrollen en el futuro, entonces no podemos pretender hablar de
derechos históricos ni de modelos lingüísticos sacralizados, no
podemos considerar que los limites no son preconcebidos que somos
catalanes, como españoles, como europeos, como ciudadanos
|
Cabe preguntarse, hoy,
cómo podemos ser útiles en Cataluña, a su gente. Cómo se ha de
traducir en acción política concreta la voluntad de servicio que
nos acompaña desde el nacimiento del PSC. Cómo esta voluntad
nuestra se suma a muchas otras voluntades de colectivos políticos y
sociales con los que compartimos, plena o parcialmente, el
diagnóstico sobre los problemas de nuestra sociedad, así como la
visión sobre el futuro al que aspiramos.
Nuestra experiencia
reformadora y transformadora nos hace conscientes de que, para
acertar en la acción política y social, hay que atinar primero en
hacerse las buenas preguntas, sin la petulancia de hacer ver que
sabemos todas las respuestas y soluciones, sino con la disposición
de buscarlas más allá de nosotros mismos, acudiendo al gran caudal
de conocimiento y de experiencias que genera una sociedad cada día
más abierta, más culta y más exigente. De esta interacción entre
la política, la sociedad del conocimiento y los movimientos
sociales, deben salir las políticas acertadas, viables y evaluables.
Es con este espíritu que nos planteamos cómo podemos ser útiles a
la hora de afrontar las cuestiones clave que afectan a nuestro
pueblo:
Cómo podemos ser útiles
para la superación justa de la crisis económica y social,
revirtiendo la tendencia a una creciente desigualdad y suturando las
fracturas sociales y generacionales.
Cómo podemos ser útiles
para detener y superar la división de la sociedad catalana y para
darle un nuevo horizonte nacional compartido.
Cómo podemos ser útiles
para encontrar un nuevo esquema de relación entre Cataluña y el
resto de España que sea solidario en las dos direcciones y que
comporte una plena realización nacional de Cataluña.
Cómo podemos ser útiles
para recuperar la confianza en la democracia y sus instituciones,
profundizándola y abriendo auténticos canales de participación y
de corresponsabilidad ciudadana.
Cómo podemos ser útiles
para hacer de
Cataluña un país avanzado(3) y de nuevo pionero, con una ciudadanía
cada día más culta, más libre, más solidaria, más responsable,
más feliz.
(3)
como podemos hacer de Cataluña, y por supuesto de España, pero
también de Europa y del mundo,una sociedad más avanzada, con
personas más libres.. conscientes de que nuestras políticas
deben trascender de lo local, deben mirar a los espacios políticos
a los que pertenecemos y mejorarlo, debemos considerar que los
problemas globales deben solucionarse globalmente y lo local solo
es una parte. El narcisismo de centrarse demasiado en lo propio no
ha sido nunca una buena solución desde la izquierda. Nuestra
preocupación es mejorar la sociedad, la nuestra y la de todos.
|
5.
LA AGENDA DEL SOCIALISMO CATALÁN
1.UNA
SALIDA JUSTA DE LA CRISIS ECONÓMICA,
que no grave una vez más
sobre los de siempre, que restituya los equilibrios perdidos, debe
conjugar unas políticas que aseguren:
—Un crecimiento
económico sostenido y sostenible, capaz de generar puestos de
trabajo de calidad, lo que reclama la reorientación progresiva de
nuestro modelo productivo y energético, una reforma del mercado de
trabajo para acabar con su crónica dualidad. Y una previsión
relativa a la sustitución, como vía de redistribución de la renta,
los ingresos personales resultantes del trabajo humano que debe
hacerse progresivamente sobrante, por causa de la creciente
automatización de la producción, que debe comportar también un
incremento de la productividad y de las ganancias a socializar y a
redistribuir.
—la adopción de medidas
urgentes destinadas a hacer frente y superar las situaciones agudas
de pobreza y precariedad.
—El fortalecimiento de
los pilares básicos del Estado del Bienestar (sanidad pública,
educación pública, atención a la dependencia y pensiones) con
reformas que garanticen la equidad y la sostenibilidad.
—Un replanteamiento de
las finanzas públicas, con una reforma fiscal progresiva, que acabe
con el crecimiento de las desigualdades y que combata con eficiencia
el fraude fiscal y la existencia de paraísos fiscales.
—Un nuevo enfoque de la
solidaridad, que ponga el énfasis también en su vertiente
intergeneracional y que afecta a cuestiones esenciales como la
educación, el mercado de trabajo, la financiación de la deuda
pública y la sostenibilidad ambiental.
2.LA
SUPERACIÓN DEL
GRAVE CALLEJÓN SIN SALIDA EN QUE SE ENCUENTRA CATALUÑA
pide un cambio drástico
de condiciones internas y externas:
—Una apuesta inequívoca
por el reencuentro de la ciudadanía catalana en una causa común que
recupere y fortalezca la unidad civil de nuestro pueblo.
—La suma de toda la
fuerza disponible en el servicio de una estrategia nacional sólida y
compartida.
—El
reconocimiento claro y limpio de la nación catalana por parte del
conjunto de la sociedad española.(1)
—Una
relación con el Estado que, partiendo de un marco federal, se base
en el reconocimiento sin tapujos de su realidad plurinacional(2).
—Un
pleno y mejor autogobierno, más eficiente, más participado, capaz
de articular un impulso mancomunado de todos los agentes sociales de
progreso.
—Un
marco competencial que conlleve el pleno autogobierno, en el marco de
unas interdependencias hispanas y europeas que no resulten un lastre,
sino un trampolín y que proyecten la nación catalana hacia el
futuro y hacia la primera línea europea(3).
—La
garantía de los recursos financieros debidos, a partir de un modelo
de financiación que incluya la corresponsabilidad fiscal real y que
se base en los criterios de solidaridad, de ordinalidad y de gestión
compartida(4).
—La
participación de Cataluña(5) en el primer plano de las
responsabilidades políticas españolas y europeas.
—Un
marco español que permita la asociación voluntaria entre
comunidades(6), con vistas a la Eurorregión del Mediterráneo
Occidental, en la coordinación de las políticas en favor de la
lengua catalana en sus diversas modalidades(7), etc.
—La
asunción, por las instancias estatales españolas, de su
responsabilidad en la protección y el desarrollo, no sólo de la
lengua castellana, sino también de la lengua catalana, de su unidad
y de la cultura que se expresa en lengua catalana(8) .
Para
conseguirlo, reclamamos, en el marco de una reforma constitucional
española de carácter federal, el pleno reconocimiento del carácter
nacional de Cataluña(9), de sus derechos históricos y de la
singularidad de su autogobierno.
Esta
reforma constitucional debe ofrecer el marco de un acuerdo bilateral
entre Cataluña y el resto de España(10) que sea refrendado por el
pueblo de Cataluña( 11), que así decidirá libremente su relación
con el Estado, como ya se ha hecho, por otra parte, con el referéndum
de los Estatuts de 1979 y 2006, en los que el pueblo de Cataluña
decidió ratificar los acuerdos alcanzados por sus
representantes(12).
(1)
Si entendemos por una nación un Estado de derecho, que es España,
no tiene sentido pretender que se reconozca a Cataluña como una
nación. Cualquier grupo humano diferenciado tienen elementos
iidentitarios y esto no debería tener consecuencias jurídicas.
Podemos hablar de que una parte de la sociedad catalana desea ser
tratados culturalmente de una forma diferente en cuanto que se
sienten distintos. Teniendo en cuenta el principio de
subsidiaridad inherente a un posicionamiento federalista ha de
considerarse la autonomía cultural necesaria, sin que ello
posibilite ningún privilegio respecto a los derechos o a la
distribución de recursos públicos.
(2)
Si por plurinacionalidad se habla de soberanías compartidas
entre naciones definidas por sus identidades culturales, entonces
hemos de responder desde el ideario socialista, que al igual que
tenemos un posicionamiento laico respecto a las religiones,
también lo hemos de tener respecto a las culturas. Ese laicismo
con respecto a la identidad es parte consustancial del lenguaje
democrático y del esfuerzo de los trabajadores por alcanzar
mayores cuotas de libertad e igualdad en un espacio político que
garantice derechos y libertades.
(3)De
nuevo hablar de posicionamiento ordinal. Realmente se busca
conseguir construir una sociedad más igualitaria y se plantea una
escala de primeros y segundos, en una competencia que recuerda a
la suma cero.
(4)
Los recursos financieros han de ser los necesarios para satisfacer
las necesidades de los ciudadanos, de todos los ciudadanos. El
tema de la ordinalidad se basa en la aceptación de las balanzas
fiscales entre nacionalidades y regiones españolas. El concepto
de balanzas fiscales internas y de la necesidad de la ordinalidad
–un concepto muy querido por fuerzas hostiles a la izquierda,
lanzado por el nacionalismo más reaccionario- no puede entrar en
consideración en un territorio en el que las barreras comerciales
no existen por el hecho de ser un mismo país. La redistribución
fiscal es la manera de compensar mediante la redistribución yla
prioridad es garantizar esos elementos vitales en sanidad
educación inversión en infraestructuras…. Etc. Ahí el tema de
la ordinalidad ha de tratarse como lo que es una propuesta de la
derecha y en este caso de una ideología incompatible con la
libertad y la igualdad…. En definitiva incompatible con la
democracia.
Para
poder efectuar una distribución justa que garantice a todos los
ciudadanos unos mininos es necesario conocer cuales son las
necesidades, las carencias de los habitantes de toda la entidad
política a qla que se pertenece y solo desde ese conocimiento se
podrá establecer un reparto social justo. Eso solo es posible si
hay una consideración de que uno de los elementos claves en un
estado social es la redistribución. Solo órganos centrales
fuertes harán posible que las fuerzas centrifugas de las élites
políticas locales con una tendencia a establecer sistemas
clientelares podrían poner en peligro. Una apuesta progresista
exige la aceptación del principio de subsidiaridad y en el tema
de la distribución implica que es necesario instituciones
centrales fuertes, capaces de conocer todo el territorio, alejado
de los interés localistas.
(5)
Cataluña ya partricipa en todos los órganos internacionales a
través de la acción de gobierno de España, de igual manera que
nominalmente España esta representada en el ámbito competencial
correspondiente con la Comisión Europea.. No podemos pretender
que nuestras élites locales estén en todos los niveles con su
correspondiente CUOTA dando que eso implica una cosmovisión
política localista y contrario a la visión de lo que la
democracia representa… definiendo el todo y no la parte.
(6)Este
plan ya es posible aunque sin las connotaciones irredentistas tan
queridas por los nacionalistas. Las asociaciones voluntarias para
proyectos se pueden realizar como una consecuencia del principio
de subsidiaridad. Lo que no es aceptable es escamotear al sistema
autonómico o al posible estado federal las perrogativas que se
recojen (o recogerian ) en la Constitución.
(7)
Si un objetivo del socialismo es el aumento del bienestar para
aquellos que están en clara situación de desventaja, es decir
“las clases populares”, sorprende pues esa constante
referencia a elementos simbolicos que han sido, y lo siguen
siendo, el eje central de interés de aquellas fuerzas de
ideología nacionalista.
De
nuevo es posible leer que se esta substituyendo a la persona, como
sujeto último de la acción política, por otros sujetos, que la
izquierda siempre considero como objetos al servicio del sujeto
político básico. Tanto la lengua como cualquier otros de los
elementos simbólicos utilizados por el socialismo para recordar
cuales son los intereses de la mesocracia nacionalista.
(8)Exactamente de igual modo que se espera que un
gobierno catalán socialista asuma su responsabilidad en el
desarrollo también de la lengua castellana o española, dado que
es un patrimonio valioso que además es la lengua de gran parte de
la ciudadanía de Cataluña.
(9) Si la nación es un consenso ¿Qué es lo que
se pretende pidiendo que la Constitución lo recoja? Si lo que se
pretende es introducir derechos políticos atribuidos a una
entidad política construida a base de supuestos de identidad
cultural, entonces es necesario preguntarse ¿Que tiene de
socialismo eso? Evidentemente es, de nuevo, una propuesta que
emana de posiciones ideologicas antagonicas con los postulados de
la izquierda, una propuesta preilustrada e incompatible con esa
sociedad innovadora y …….
(10)De
nuevo una propuesta que deja bien claro que la nación de la que
hablan no es un consenso…. Es un ente soberano que pretende
llegar a un acuerdo con otro ente distinto, en igualdad de
condiciones. Es de facto un reconocimiento de una secesión de
facto. No solo choca con la condición básica que en una sociedad
democrática, la soberanía reside en la totalidad de ciudadanos,
sino que plantea un modelo político que nos retrotrae a modelos
previos a la ilustración, la soberanía recae, para los que
defienden esa propuesta, en un ente político, que ellos denominan
nación, que no es la suma de los habitantes de la sociedad, sino
que excluidos como ciudadanos, no son más que objetos que sirven
para mantener la existencia de ese nuevo sujeto político que
pretende constituirse en ente soberano.
(11)El
refrendo en ese contexto no es una demostración de democracia
sino que es la utilización de los habitantes para justificar su
propia cosmovisión de la que los votantes no son más que meras
comparsas.
(12)Ratificación
sometida a una, previamente conocida, posible posterior revisión
de su constitucionalidad tal como se recoge en el marco
democrático aprobado en la Constitución.
Que
ese orden abra la puerta a utilizaciones espúreas por parte de
las elites políticas nacionalistas y sus correspondientes grupos
económicos locales, debería ser una señal de alarma que
recomendase a la izquierda la realización de un cambio en el
marco legal que forzase a pasar el filtro constitucional antes de
pasar a la ratificación mediante referendo.
|
A menudo vemos
representantes políticos que evitan tomar decisiones que podrían
ser impopulares apelando a “consultar al pueblo” para esquivar
riesgos políticos. Por ello, alcanzar un acuerdo justo, atreverse a
tomar decisiones y
someterlas a la ratificación de la ciudadanía aceptando
que puedan ser rechazadas, es la grave responsabilidad que recae hoy
sobre los representantes democráticos a ambos lados.
Determinadas
votaciones no necesariamente se ajustan a los principios
democráticos –imaginemos el caso de un referéndum para poder
quitar la ciudadanía a una parte de la población que no encajase
con elementos asociados a color de piel-. En un entorno que se ha
caracterizado por la utilización masiva de los recursos públicos
en una partidista dirección nos lleva a un cóctel no deseado que
combina nepotismo y autoritarismo. Nuestra responsabilidad es
exigir reforzamiento de los postulados democráticos y defender un
espacio político que no divida a los trabajadores como via para
dificultar la explotación de clase.
|
Caso de fracaso, caso de
que la ciudadanía catalana decidiera rechazar el pacto alcanzado por
sus representantes, entonces sí, los socialistas catalanes
propondríamos al conjunto de los españoles otros instrumentos
democráticos (por ejemplo,
una Ley de la claridad como la canadiense)
que establecieran las condiciones para en su caso, verificar el apoyo
ciudadano a una eventual secesión.
Una
ley de claridad que posibilitase la subdivisión en diferentes
entidades políticas que cualquier territorio, desacralizando el
termino nación definido desde la óptica nacionalista. Una ley de
Claridad que recoja una óptica de izquierdas y socialista, que
afirme que el espacio político que afecta al conjunto de la
ciudadanía no es susceptible dividirse en base a posicionamientos
ideologicos reaccionarios, centrados en la identidad, que contiene
elementos mimeticos de los oídos en Lombardia, y con suficientes
dosis de supremacismo como para que sea expulsado al basurero de
la historia
|
Pero empezar por el final,
como algunos pretenden, preguntando primero por la última de las
opciones a considerar, es tanto como desahogar la presión
negociadora hoy acumulada. En efecto, si una consulta de estas
características fuera viable de entrada, querría decir que estamos
ante un nuevo marco de diálogo restablecido entre Cataluña y
España, ante un nuevo clima de entendimiento, lo que, junto con un
debate sereno y profundo sobre los efectos positivos y negativos de
la independencia, daría como resultado, muy probablemente, un no a
la secesión. ¿Con qué fuerza se podría ir entonces a la
negociación por un pacto bilateral ambicioso? Hay que empezar por
someter a referéndum la posible renovación del pacto constitucional
de 1978. Esto es lo que propone el socialismo catalán de acuerdo con
el conjunto de los socialistas de España.
6
.LA
REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA
Es necesaria para rehacer
la confianza ciudadana y retornar a las instituciones su plena
legitimidad. Esto supone avanzar simultáneamente en dos grandes
objetivos: la mejora de la representación democrática y la mejora
del buen gobierno
En cuanto a la mejora de
la representación democrática, urge:
—La reforma de los
partidos políticos, haciendo instrumentos más abiertos a la
sociedad, menos endogámicos, más transparentes, más democráticos,
más saludables.
—La reforma del sistema
electoral, introduciendo una mayor proporcionalidad y
circunscripciones más pequeñas que permitan una relación más
estrecha y permanente entre electos y electores.
—El impulso de canales y
mecanismos de participación ciudadana, de autogestión de los
usuarios, de cogestión de los servicios públicos, de
responsabilización de las personas.
En cuanto a la mejora del
buen gobierno, hay que promover:
—El principio de
legalidad
—La evaluación de las
políticas públicas
—El rendimiento de
cuentas respecto de cada proyecto, de cada cometido.
—La transparencia
inmediata y continuada de la gestión.
—La autonomía de la
administración respecto de los partidos, evitando la “colonización”
partidista de las instituciones
—Medidas específicas y
drásticas contra la corrupción.
UNA
ESTRATEGIA PARA IMPULSAR LA AGENDA SOCIALISTA EN CATALUÑA
En cuanto al desarrollo
nacional de Cataluña y a sus encajes hispánicos y europeos,
pensamos que no valen decantamientos unilaterales e instrumentales,
ni conservadores radicales, sino el máximo consenso nacional
posible, tanto por razones tácticas -la fuerza de Cataluña ha
radicado siempre en su máxima unidad- como por razones estratégicas
-la nación no es otra cosa que el consenso permanentemente renovado
de la ciudadanía. Nos opondremos, pues, a las pretendidas
estrategias nacionales que esconden intereses exclusivamente
partidistas y que pretenden suplantar la nación; se trata del
nacionalismo, siempre instrumental, de la derecha catalana y de la
derecha española y que a menudo contamina y confunde la vida
política. En este sentido, proponemos la colaboración de las
fuerzas parlamentarias que se reivindiquen del catalanismo para
alcanzar el mayor entendimiento posible al servicio de Cataluña, de
su ciudadanía plural, de su realización nacional, del pleno
desarrollo de la lengua y la cultura que le son específicas; para
construir una estrategia nacional compartida lo más mayoritaria y
fuerte posible. Una nueva ENTESA DELS CATALANS.
En cuanto al impulso de
nuevos horizontes de progreso que nos caracterizan como socialistas,
pensamos que es fundamental articular la gran mayoría progresista y
catalanista que existe en Cataluña. Una alternativa de izquierda que
no puede basarse sólo en una alianza política, siempre frágil y al
azar de los tacticismos partidarios, sino que reclama una mayoría
social madura y consolidada, capaz de seguir críticamente tanto la
obra de gobierno como el comportamiento político de unos y otros y
de exigirles coherencia estratégica. El anterior gobierno de Entesa
Nacional pel Progrés sufrió de la falta de este seguimiento social
y de esta exigencia, lo que propició un grave déficit de cohesión
interna. Hay que empezar, de todos modos, por articular esta mayoría
políticamente, traduciéndola inmediatamente en el impulso de un
amplio y diverso movimiento social y en una mayoría electoral. Sería
insensato y reaccionario dificultarlo, no propiciarlo con generosidad
y empuje. Tanto las izquierdas que tenemos nuestras raíces en el
pasado colectivo, como las izquierdas de más reciente formación,
debemos hacer nuestra esta responsabilidad, sin conservadurismos
partidistas. En este sentido, proponemos la más estrecha
colaboración posible entre las FUERZAS DE IZQUIERDAS presentes en el
Parlament de Catalunya para poner en común esta voluntad y tratar de
dibujar una estrategia compartida de cambio y de articulación del
bloque social y político que la ha de impulsar, una ALIANÇA
CATALANA DE PROGRÉS.
EL
PARTIDO QUE NECESITAMOS
Por eso necesitamos un
partido
—capaz
de repensarse, de reformularse permanentemente, de emprender “nuevos
inicios”, de pulsar la tecla “Reiniciar(1)”;
—en
sintonía con la mayor exigencia democrática y de participación de
nuestra sociedad, en particular de las jóvenes generaciones;
—de
ancho espectro, pluralista,(2) capaz de reunir las muy diversas
voluntades de cambio que se dan en Cataluña;
—flexible
y creativo, permeable a las aportaciones innovadoras de todo el
mundo, capaz de adaptarse a las nuevas realidades y exigencias y de
formular las nuevas respuestas que piden tanto los viejos como los
nuevos retos;
—expresión
de las clases populares, de los hombres y mujeres en situación de
precariedad, los trabajadores, los parados, los excluidos, de sus
necesidades, anhelos y esperanzas(3).
—arraigado
en todo el territorio de nuestro país,(4) capaz de erigirse en la
más ajustada expresión de la pluralidad de nuestro pueblo;
—expresión
de la Cataluña de progreso, fiel a las necesidades, intereses e
ideales de la nación catalana(5) y abanderado -como decíamos en
1977-, de “Una Catalunya lliura, pròspera i sense classes”.
Con
este fin, nos proponemos, de entrada, la constitución de un Consell
Obert del PSC, donde participen el Consell Nacional del PSC y otros
socialistas y exponentes de izquierda no organizados en otros
partidos, así como exponentes sociales diversos de signo
progresista, con funciones de debate político y decisorias en cuanto
a la orientación política general del PSC.
La
reforma del sistema electoral debe ser un instrumento clave en esta
dirección(6), un mecanismo de vinculación permanente con los
electores y con la sociedad en general.
Pero
debe ser también la cultura política, que debe saber entroncar como
nunca con nuestras raíces libertarias, con la visión crítica del
poder que le es propia, con la orientación participativa y
autogestionaria que desprenden.
Sólo
así, el PSC estará en condiciones de volver a jugar un papel
decisivo y transformador, al servicio del pueblo raso y al servicio
de Cataluña(7)
(1)El
partido que se necesita es un partido que acepte que se ha
equivocado dando apoyo a tesis que provienen del marco conceptual
del nacionalismo. Que una vez parte de los responsables del
desaguisado han marchado a partidos nacionalistas, se ha de hacer
el reinicio y replantear los objetivos en la clave tradicional de
la izquierda: alcanzar ma´ñs cotas de libertad e igualdad,
construyendo un espacio que garantice derechos y libertades.
(2)siempre que se de entre aquellos que defienden
el mismo objetivo, que planteen la distribución inherente a un
estado social como un objetivo irrenunciable, que busque la
superación de aquellos elementos que nos separan como
trabajadores. La transversalidad con el nacionalismo ha sido
letal, en tanto que ahora estamos recogiendo los resultados de
tantos años de políticas sustentadas en el nacionalismo. La
situación de carrera hacia el totalitarismo, la perdida de
libertades en aras de la nacionalista construcción nacional, el
desvio de recursos públicos hacia políticas identitarias o
consecuencias de la visión nacionalista…. Y LA OCULTACIÓN DE
LA CORRUPCIÓN EN CUANTO QUE AFECTA AL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN
NACIONAL.
(3)Que es capaz de conocer sus necesidades, que
aprovecha sus potencialidades, que evita que se introduzcan
elementos legales que dificulten su acceso al mundo del trabajo
bajo el pretexto de la necesidad de normalizar elementos
simbolicos del imaginario nacionalista.
(4)Lo
que se defiende como positivo para una parte de la entidad
política reconocido internacionalmente en la que las clases
trabajadoras deberían poder moverse libremente, también debería
defenderse para todo el territorio internacionalmente reconocido…
paso previo a avanzar a ámbitos superiores, en este caso el
europeo… el resto es de nuevo caer en localismos
pseudocantonalistas.
(5)De nuevo hablar de necesidades e intereses de
la ·nación”, a la que previamente en la única explicación de
ese termino se le define como un consenso. ¿Esa nación tiene
necesidades que son diferentes a conseguir mayores cotas de
libertad e igualdad?
(6)No
se avanza en la necesaria aclaración de que se ha de tender hacia
un modelo que trate a una persona un voto, que evite la tentación
de distribuir territorialmente el voto de forma que coincida con
los intereses identitarios de los partidos nacionalistas.
(7)La constante diferenciación entre pueblo y
Cataluña es una coincidencia con el habitual discurso
nacionalista basado en una concepción esencialista de la la
nación. Cataluña es un espacio geográfico donde viven
ciudadanos plurales que son los soberanos y donde existen clases
sociales. No podemos hablar de Cataluña como de un bloque donde
se diluyen los ciudadanos singulares, por un lado, y las clases
sociales, por otro.
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5.
CONCLUSIONES
Observamos
en esta ponencia dos discursos ideológicos contrapuestos. Por un
lado tenemos uno que es meramente declarativo, que incluye algunos
lugares comunes de la izquierda; por otro lado un discurso
nacionalista, que es el que parece determinar las propuestas
concretas, en clara contradicción con la parte declarativa anterior.
Estas
propuestas concretas se realizan habiendo evitado, y dado el conjunto
habría que concluir que se hizo interesadamente, definir determinado
el concepto de nación, que constituye el eje central. Tampoco se
define lo que quiere decir catalanismo. Tampoco se hace con otro
concepto utilizado al llegar a economía, que es el de ordinalidad.
Para entenderlo hemos de buscarlo en el lenguaje que utilizan los
teóricos del nacionalismo. En ningún caso son compatibles con los
elementos teóricos propios de una organización de izquierdas.
No
se habla en ningún momento de que el concepto nuclear de nación,
cívico y no étnico, es el de Estado de derecho. Y el Estado de
derecho que vivimos se llama España y los socialistas catalanes (
junto a los vascos, andaluces, madrileños ) han de luchar
conjuntamente porque este Estado de derecho sea consecuente y
garantice los derechos políticos, sociales y económicos de todos
los ciudadanos españoles.